El muro...desde enero de 2009

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miércoles, 23 de diciembre de 2009

La estrategia neoliberal para apropiarse del territorio mapuche



por Tito Tricot, desde Valparaíso. *

Cuando, en tiempos antiguos. la primera bandada de choroyes se alzó por sobre las copas de los hualles, arrayanes y coihues, dejó una estela de tristeza. Era de un color amaranto intenso, acaso el color de la muerte anunciada del bosque mapuche. Así, a veces de a poco, otras de golpe, fue desapareciendo el bosque nativo. Y el peor golpe de todos fue el militar, porque la dictatura decretó el óbito del bosque ancestral; lo hizo a sangre y fuego y, además, como suelen hacerlo las clases dominantes en Chile, con dudosos recursos legales para cubrir la usurpación con un manto de legitimidad. Por lo mismo, por la forma y por el fondo, queda claro que se verificó un continuum histórico de represión, despojo y racismo para generar las condiciones de implementación en el sur del país del modelo neoliberal. Es decir, existió una clara y directa relación entre economía y política en el proceso de expansión del capitalismo hacia territorio mapuche. Fue así en el siglo diecinueve, fue así en el siglo veinte y lo continúa siendo en el siglo veintiuno. Para la expansión capitalista hacia territorio mapuche bajo la dictadura se conjugaron cuatro elementos interrelacionados: represión, contrarreforma agraria, privatización de tierras mapuche y desarrollo industria forestal. El pueblo mapuche, al igual que el pueblo chileno en general, fue objeto de una feroz represión por parte de la dictadura, sin embargo, a ello debe adicionarse la venganza activa de terratenientes y agricultores que se habían visto afectados por la reforma agraria implementada por el gobierno de la Unidad Popular. La resultante de todo ello fue asesinatos, desapariciones, torturas, allanamientos masivos, exilio y el desmembramiento del movimiento mapuche. La violenta represión fue un factor fundamental e integral de la estrategia de implantación del modelo económico de mercado en el Wallmapu o País Mapuche. Igualmente lo fue la contrarreforma agraria impuesta por los militares y que buscó revertir el proceso de entrega de tierras a campesinos y mapuche por el gobierno de Salvador Allende. Los mapuche habían logrado obtener 153 mil hectáreas mediante la reforma agraria. Sin embargo, a través de tres mecanismos diferentes: la devolución directa a los antiguos dueños, la parcelación de las tierras y el remate, los mapuche perdieron todo. Para complementar lo anterior y proseguir con el despojo de las tierras mapuche, la dictadura impuso el decreto-ley 2.568 de 1979 que eufemísticamente declaraba la intención de regularizar la propiedad de las tierras mapuche pero que, en realidad, lo que buscaba y logró, fue la privatización y división final de la propiedad comunal mapuche. De hecho, alrededor de 2 mil comunidades fueron definitivamente divididas en aproximadamente 72 mil hijuelas individuales. Finalmente, para completar los cuatro ejes de la estrategia política, militar y económica, la dictadura generó condiciones legales para el desarrollo de la industria forestal. A través del decreto-ley 501 de 1974 subsidió en más de un 70% la inversión forestal, lo anterior se complementó al año siguiente con un crédito de fomento forestal especial del Banco Central. Además del subsidio, se decretó la exención de impuestos, el no pago de contribuciones y se eliminó la posibilidad de expropiación de tierras forestales. Por todo lo anterior, no sorprende que se produjera una ingente expansión y desarrollo de la industria forestal en el país y, especialmente, en territorio mapuche. De hecho, en la década del setenta las plantaciones forestales ascendían a tan sólo 320 mil hectáreas, ascendiendo en la actualidad a 2.5 millones de hectáreas. En tan sólo 30 años la industria forestal se ha convertido en la segunda más importante del país, después de la del cobre, alcanzando los 5 billones de dólares en exportaciones anuales. En otras palabras, las condiciones seminales de la dictadura dieron su fruto y fueron fortalecidas por sucesivos gobiernos de la Concertación que han consolidado el modelo neoliberal. Pero no sólo han contribuido al desarrollo de la industria forestal, sino que, además, han facilitado la construcción de represas, la instalación de plantas de tratamiento de aguas servidas, de vertederos, carreteras y proyectos turísticos en comunidades mapuche. A ello hay que agregar ahora las prospecciones mineras en territorio mapuche y la operación de plantas de celulosa que contaminan el mar y sus recursos. La estrategia neoliberal de apropiación del territorio mapuche comenzó con la utilización de la fuerza militar en la década de los setenta y continúa hoy con la militarización de algunas comunidades, con la represión, allanamientos masivos, golpizas, amedrentamientos, detenciones y aplicación de la ley anti-terrorista. El miedo ensombrece la mirada de los niños mapuche a quienes, seguramente, algún anciano mapuche les contó que cuando, en tiempos antiguos. la primera bandada de choroyes se alzó por sobre las copas de los hualles, arrayanes y coihues, dejó una estela de tristeza. Era de un color amaranto intenso, acaso el color de la muerte anunciada del bosque mapuche.





*Sociólogo, Director Centro de Estudios de América Latina y el Caribe CEALC

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